Estas reflexiones de cumpleaños son de los mejores regalos que me he dado en la vida, esta es la segunda que me escribo y me regalo.
Hasta el año pasado, que me regalé mis 25 regalos, me di cuenta que nunca recibía lo que pedía o no tenía personas en mi vida que me preguntaran qué quería de regalo. Hacía fiestas que no quería solo por complacer a lxs demás; como escribí el año pasado: quiero dejar de planear tanto para disfrutar, quiero poder sentirme cómode de decir "no me apetece festejar hoy mi cumpleaños", que lxs demás lo respeten y poder quedarme leyendo o haciendo algo con lo que me sienta bien o con quien me sienta bien, segure, realmente queride, y no sólo el día de mi cumpleaños, sino todos los demás días.
Me puse a analizar los pocos escritos que tengo sobre mis cumpleaños, que quedaron guardados por aquí y noté un patrón interesante: 3 años al azar he afirmado que ese cumpleaños o el anterior fue el mejor cumpleaños de la vida. Sin embargo, en mi escrito del año pasado, donde reflexiono con mis heridas expuestas, les pongo un adjetivo calificativo a ciertos cumpleaños: el #20, la bienvenida al segundo piso y el mejor festejo; el #23, en el que fluí más; el #24 el más maravilloso por festejarlo con "la única amistad que tenía"; al #25, le pondré: en el que fui más feliz, me sentí más auténtique y queride con quienes me acompañaron. Creo que el punto de adjetivizar mis cumpleaños no es decir que nunca hay mejores cosas, personas o situaciones más que las pasadas, al contrario, es ver el crecimiento personal y social que he tenido y tener en la mira que siempre hay posibilidades de prosperar, de ver las situaciones desde nuevas perspectivas y nuevas personas, situaciones por conocer o nuevos conocimientos por adquirir. También, adjetivizar un sólo día del resto de los días del año es, y ahora lo veo, ver sólo una parte de la moneda, enfocarme en que brilla cuando tiene una abolladura en medio o en la orilla.
Aprendí muchas cosas en mi año número 25 de vida, por ejemplo, a no tener miedo de volver a mostrarme como realmente soy, a hacer las cosas que realmente quiero hacer, a ir a mi ritmo. Redescubrí mi auténtico ser, conscienticé y reflexioné sobre diferentes aspectos de mi vida que al mismo tiempo me ayudaron a soltar todos esos miedos, frustraciones, sueños plantados en mí, que no son yo y que tomé de otras personas. Decidí ya no cargar con dichos miedos, frustraciones y sueños.
Si bien soltarlos me ha proporcionado una ligereza, también ha afectado en mi cuerpo, es decir, más ataques de ansiedad cuando no complazco a las personas aunado a la emoción de culpa por no hacerlo. Por otra parte, también soy más paciente, compasive conmigo, todo lo que soy con lxs demás y que la mayor parte del tiempo no lo aplico en mí, ahora que sí lo hago el habitar conmigo ha cambiado drásticamente.
También, solté a muchas personas, dejé que regresaran otras y las tuve que volver a sacar de mi vida, llegaron otras personas, todo esto cuando dejé de aferrarme a la eterna idea del para siempre. Esto me hace llegar a la conclusión de que van salir y entrar personas de nuestra vida conforme los caminos que vayamos transitando, cambiar y fluir en esta vida es fundamental para no creer que somos estáticxs.
Hace 2 años, justamente publiqué una imagen que dice: "Que este mes te enamores de ti, de cuidarte. Que logres soltar viejas creencias y todo eso que ya no eres. Que comiences a crear tu mejor versión y te enamores de ella. Que seas paciente contigo, aceptes tus tiempos y respetes tu viaje". Todo esto que he atravesado ha sido gracias a mi yo de 2019 que compartió esa imagen y decidió que ya había sido mucho tiempo el cargar con tantas cosas, que todavía están trabajándose; sin quien no estaría hoy agradeciendo seguir viviendo ni, por fin, poder sentir ciertas emociones, ser paciente como lo soy con otras personas, enamorade de mí. Si bien he pasado por muchas situaciones que ninguna persona debiera pasar, quienes generaron esas situaciones no se harán nunca responsables, lo tengo muy claro; ahora depende de mí cuidarme, quererme y proporcionarme todo lo que necesito, para romper con este ciclo y evitar que siga retornando. Todos los días estoy viendo, escuchando, creando, sintiendo, disfrutando, viviendo, en fin, siendo. Esta versión que estoy creando de mí es dinámica, porque nunca va a terminar de ser, siempre está siendo.