Cuarto, plétora de libros
Más ordenado que tu vida
Quédome a dormir,
sin novedad.
Antes de partir me siento
a la orilla de la cama
te acercas para despedirte.
Siento tus labios en mi mejilla,
luego en toda la región labial
desde la comisura derecha,
pasando por el arco de cúpido
hasta la comisura izquierda.
No creo que te estés acercando a mis labios,
siento tu cariño y la confianza que
siempre me has demostrado.
Todo se oscurece
y las sombras aparecen.
Antes de poder reaccionar, ya estás ahí.
Presionando tus labios en los míos.
Siento tu rapidez y certeza en ese movimiento,
pero también la vergüenza o timidez.
¡Cuánto tiempo había esperado por este momento!
Quizás tú también o eso me dicen tus ojos,
los cuales dejas abiertos para verme o mi reacción.
Antes de que tu presión de 0.3 segundos
se separe de mis labios,
reacciono y presiono de vuelta
mis labios con los tuyos.
Salgo de la caverna, como tantas veces
ya lo he hecho con tu ayuda.
Por fin, tengo la certeza
de no querer volver ahí.
Puedo sentir la paz
y no sólo su idea.
Puedo sentir el amor,
en todas sus formas.
La realidad me ciega,
pero puedo sentirme tranquile
y satisfeche de haber recibido
el beso de filósofx.