«𝑳𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒏𝒐 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒂, 𝒔𝒊𝒏𝒐 𝒍𝒂𝒔 𝒎á𝒔𝒄𝒂𝒓𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒖𝒃𝒓𝒆𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒓𝒐𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔» – Khalil Gibran
"Todo está conectado, Priix", me dijiste hace un mes cuando te envié una publicación que decía: "Las máscaras también lloran".
Habíamos conversado sobre las máscaras que nos ponemos según con quienes estuviéramos mientras veíamos una exposición de máscaras en el Museo del Estado.
Hace tiempo dejé de fijarme en todos los pequeños detalles. Por ejemplo, ese día me dijiste cual máscara te gustaba más de la exposición, pero ahora no lo recuerdo con precisión. Sin embargo, recuerdo muy bien tu intriga y conexiones que hiciste sobre estas, porque lo sentí.
Por algún lado, en estas últimas semanas, leí que alguien que estaba muy dentro de su mente, especialmente, quienes se dedican a la academia/investigación/ñoñerías, se conectan o necesitan conexión con aquellas personas que sienten, porque les cuesta sentir o perdieron esa habilidad y viceversa.
En otras palabras, necesitamos encontrar el equilibrio. Dirías, "ves, Priix, todo está conectado". Sí, nunca te lo negué, pero quería darte las evidencias de que tus corazonadas no estaban tan erradas como muchas personas querían hacerte creer.
Todo está conectado mientras lo sepamos conectar, ya sea intuitivamente y/o con evidencias.
Quizás lo intuías, pero no lograste recolectar vasta evidencia de que las conexiones así no se rompen, trascienden más allá de las máscaras, más allá del umbral de tu memoria.
Q.T.M.A, Carlos Enrique Orozco Bribiesca
(XXIII-V- MCMXCIII – XXV - X - MMXXII)