Quizás el año pasado no me regalé mi escrito cumpleañero porque me dejé sentir, dejé fluir el día y sólo vivirlo. Después de no haber hecho la automorición a los 13, la siguiente edad que resultaba un reto vivir era los 27. Y se logró, llegamos a ese día de los 28 años, por lo que necesito esto.
Si bien a los 13 le llegué a temer a los 27, no lo recordaba hasta este momento, pues nunca pensé transitar esta edad. En el futuro quiero recordar los 27 sí como la edad en que integré la muerte en mí, esta edad donde fui demasiado consciente de las estrategias que utilicé para cosechar y que se verán reflejadas en la siembra en su momento, el año en el cual el concepto cambio se transformó y dejé de ir contracorriente y empecé a jugar con el cambio, disfrutar el cambio, construir el cambio, devenir cambio. Ese cambio que significa perder, pero que en la colectividad aprendí que perder puede ser potencializar; que significa atravesar todo el tiempo procesos de duelo, porque nos estamos desvinculando de nosotres mismes y de les otres; que significa regresar a mí.
En términos de astros, Saturno regresa a la misma posición cada 27 años haciendo un tránsito de 2.5 años y nos recuerda que hagamos lo que se supone venimos a hacer. Según mi carta astral, mi Saturno en Piscis está en la casa 9, es decir, la casa de los ideales, la espiritualidad, los estudios superiores, la mente abstracta o especulativa, la religión, los guías espirituales, la ley, la filosofía, la conciencia, los viajes largos, el extranjero, las importaciones y exportaciones, los cuñados y las cuñadas, donde se relaciona el conocimiento natural con las experiencias personales logrando una visión integral: un orden en la vida. Claramente, yo he tenido esta información desde los 18, sin embargo, lo que he construido en los últimos 10 años no fue tan consciente de esto y aún así la mayoría ya se ve reflejado e integrado en mi vida, algunas cosas se están terminando de acomodar y sólo puedo sentirme tranquile y continuar en movimiento para seguir cambiando.
Por otra parte, han pasado 10 años desde que ya no convivo con mi abusador, lo que se traduce a ya no tengo razones para no seguir en este plano, puedo construirme y amar a quienes quiera o no, libremente. Además, si bien he estado perdiendo/sacando personas de mi vida/círculos, también me he vinculado con otras, con quienes me siento segure de (no) ser, de reflexionar, de (re)accionar, de celebrar, de disfrutar, de idear, de alinear(me).
Me emocionan las posibilidades que he abierto para este nuevo año de vida y los que vienen; las aventuras, los viajes, los vínculos y las desvinculaciones, los sentipensamientos, los devenires.