Luminoso, así es como se veía la pequeña ciudad de Igls en invierno, algo no muy usual. Caminando como cada tranquilo sábado por la mañana, rocé el lujoso hotel “Irtz” y pasando vi su pequeña sonrisa.
Continué y ahora me situaba en el segundo piso de la gloriosa Torre Eiffel, tomando un oloroso café con mi madre, y mientras me decía que observara el Champ du Mars un resplandor me atrapó y ahora yacía en los cálidos brazos de mi pequeño ángel, mi auténtica musa.
Oía su agitada respiración, sus melancólicas palabras y me desesperé. Se acercó con su colorido perfume, me agarró suavemente y me colocó en sus labios.
Mientras me besaba se desvanecía, desvanecía mi deprimente sonrisa, mis inombrables recuerdos y al final, desperté.
·..×»[Þřїאַ иعşђω ċм;!*♥×..·
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