Tras casi 5 años,
las pesadillas habían desaparecido;
Volvieron, ya no veo tu cara.
Es otra cara; sé que eres tú.
Mi locura consentía,
mi razón disentía.
Tú enloquecías,
mi cuerpo sucumbía.
Huía del momento,
todo desaparecía.
Cuando regresaba
el caos se anunciaba.
Reaccionaba y accionaba
mi instinto de supervivencia.
Explotaba, lloraba y comunicaba.
Hablaba y soñaba, una y otra vez.
El acontecimiento me persigue,
continuamente.
Yo quiero olvidar, no enfrentar,
mucho menos vengar.
Ya no pregunten más,
ni me persuadan más.
Solo lograrán que las heridas
se profundicen y nunca sean sanadas.
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