Imaginándome de qué tono se ve su cabello a contra luz o sus ojos en la oscuridad; cómo será su sonrisa, si es de las que sonríe con el alma, con la boca o con los ojos.
Sintiendo la textura de sus labios y preguntándome a qué sabrán. ¿Vainilla, cereza, fresa, chocolate, menta o armonía?
Tantos sentimientos que percibo al estar hablando con ella, sin embargo no puedo nombrarlos, puesto que hace tiempo no me visitaban.
Mas espero que al tenerla frente a mí pueda reconocer esos sentires para plasmarlos en la etérea eternidad.
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