miércoles, 17 de junio de 2020

La seducción involuntaria

Te guardo como me guardo tantas cosas
Guardo tu sonrojes 
El cansancio vital que reflejas últimamente,
que dices tú es hartazgo vital

Tus dedos entre mis piernas o entre mis dientes, recorriendo mi disfraz
Las palabras que emanan de tus labios,
Desconcentrando o prolongando el placer 

Conservo tu energía que me vitaliza
Y a la vez me tranquiliza
Aunque sigo sin fragmentarme 
Por no querer enfrentarme 

Te escondo y me escondes
O será que eso creemos 
O eso creamos
Un escondite donde nos guardamos 

Un escondite donde estoy segure
Donde ando como pez 
Un escondite que necesitaba 
Donde leemos 
Donde te leo o intento leerte,
sin leerme a mí cual tabula rasa 
(Debería aprender braille)

Quisiera quedarme ahí por siempre 
Sabemos que es mejor 
que me quede conmigo 
Y contigo, a ratos 

Me quedo con tu sonrisa a oscuras
Y tu piel marfil cubierta con la sábana 
Pero sobre todo con tu sabor:
whisky diluido en semen o semen diluido en whisky 

¿Qué eres y qué serás?
¿Acaso solo un seductor involuntario o un amante infinito? 
Lo que quieras, lo acepto. 

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