Me perdono por creer que sólo un amor de pareja era válido.
Me perdono por creer que tener pareja es mi prioridad.
Me perdono por comerme el argumento "la familia es primero", "la familia te respalda".
Me perdono por obligarme a sentir atracción sexual por el género opuesto.
Me perdono por forzarme a creer en un romance inevitable entre amigxs.
Me perdono por creer que debía esforzarme a que me quisieran.
Me perdono por complacer a lxs demás cuando no quería o no podía.
Me perdono por sentirme culpable de no poder ver lo que otras personas veían de manera sexual.
Y me perdono por sentirme igualmente culpable cuando podía verlo y sentía asco de mí por poder percibirlo.
Me perdono por dejarme guiar por los juicios de las otras personas y tomarlos como verdad absoluta.
Me perdono por haber creído todas esas cosas que me dijeron que era, pero que no correspondían a la realidad.
Me perdono por traicionarme una y otra vez en aras de una aprobación ausente.
Me perdono por creer que no merecía amor por no encajar en la normalidad, por cuestionarme cada aspecto de mi vida, por ir "contracorriente".
Me perdono por ser tan paciente, en situaciones que no merecían paciencia.
Me perdono por haber atravesado plétora de situaciones donde las personas responsables no se hicieron cargo de los daños.
Me perdono por creer que todo es eterno y tenemos que alcanzar la perfección.
Sobre todo me perdono por haber dejado apagar mi brillo, ocultar mis colores, hacerme chiquite ante otrxs, compararme con otrxs, invalidarme y a mis sentires, y no cuidar mi cuerpo, que es donde habito.
1 comentario:
Hasta yo, que no soy nadie para perdonar, te perdono, hija mía. Que el Señor te acoja en su cálido seno.
Publicar un comentario