domingo, 7 de junio de 2020

Destapando mis heridas: del control que quería, pero no tenía ni tendría.

Cuando tenía 16 y me enamoré profundamente de Atsuko creía que podríamos ser como personajes de series y predecir nuestros sentimientos y acciones – algo bastante controlador, sí puedo decirlo ahora –, pero yo necesitaba ese control.
En ese entonces ya llevaba cuatro años en un pozo de abuso del cual no sabía cómo salir, por lo tanto no tenía el control y necesitaba ese control en otro lado. 
Creo que la herí bastante por estar en un mundo de fantasía o, más bien, ocultando y reprimiendo esa otra parte de mi vida. Y continué haciéndolo con otras personas sin saberlo conscientemente, hasta que lo supe. 
Quiero pedirle perdón – al escribirlo creo que lo hago – y agradecerle haber estado conmigo el tiempo que estuvo.
No merecía ese amor vacío que le di, ese amor roto y descosido y me soportó hasta que ya no pudo más; nunca pude decirle lo que pasaba, porque ni yo lo sabía. Ahora que lo sé lo escribo y sano.
Escribo y sano por mí; por mi yo que no tenía idea de qué estaba pasando. 

No hay comentarios.: