martes, 21 de julio de 2020

Destapando mis heridas: Los días de cumpleaños

Mis cumpleaños al caer siempre en vacaciones los había festejado solamente con mi familia, además de que, por cambio de escuelas no mantuve mucho contacto con las personas ni me lo facilitaron mantener, pero hubo un año que todo comenzó a ser muy caótico y yo lo único que quería era morirme. 

"Bromeaba" con una compañera de la secu que solo iba a vivir 13 años y ella me seguía el rollo: "sí, vamos a suicidarnos a los 13". Eso se infiltró hasta lo más profundo de mi inconsciente y a partir de ahí, ya que no me suicidé comencé a contar: en vez de cumplir 14 años, decía "tengo 13 con un año de experiencia", así sucesivamente, hasta que llegué a los 13 años con 5 años de experiencia. 

Mis XV, XVI, XVII fueron los cumpleaños más raros.
Los XV parecían un sueño, una chica coqueteando conmigo, un grupo de amistades creado en uno de mis lugares favoritos de la ciudad. No podía creerlo, al fin tenía un cumpleaños con amistades.
A los XVI empecé a tener contacto y conexión con más personas en la vida real, en mi ciudad y quise reunir a todas esas personas en un solo lugar; fue un poco desastroso para mi yo de aquél entonces. 
A los XVII sólo festeje con mi entonces novia y mis amiks de la prepa. Me mojaron y fue un festejo feliz. Mamá no estaba...
Viéndolo en retrospectiva le importaba a mucha gente y yo me fui alejando o cerrando a que algún día me abandonaran, como me sentía en mi situación familiar. 
Creí por muchos años estar sole y no es cierto, es mi miedo al abandono, de nuevo. 

Cuando cumplí 18 tuve que viajar a mi nuevo hogar, por lo que ese día no hubo fiesta ni pastel. Aunque sí unos días después. Ese año me sentí como Murakami: "Era un día extraordinario, pero al mismo tiempo, era un día completamente normal". Entonces, ese día perdió totalmente la magia.
Mi festejo de 19 no lo recuerdo, esa transición de los 18 a los 19 fue el año más difícil, me di cuenta que durante 6 años de mi vida fui abusade por la persona en la que más "confiaba" fue hasta el límite de las acciones que caí en cuenta que fue abuso sexual (ahora lo puedo escribir y decir; muchos años no pude, no sabía qué estaba pasando); incrementaron mis ganas de quitarme la vida.

La entrada a mi segunda década de vida fue el mejor festejo, pues la pase acompañade de mis mejores amistades en la ciudad que más he amado y que me ha amado y abrazado.
Mi festejo de los 21 también fue uno bueno, con algunxs primxs que vinieron y mis más cercanas amistades.
Cuando cumplí 22 estaba en una relación muy extraña y ese día por los sucesos que acontecieron decidí dejar de planear tan arduamente cómo iba a ser mi festejo de cumpleaños y caí en cuenta que podía celebrar todo el mes, un día no tendría que arruinar los 364 - ó 365, según el año - días restantes. Ahora me doy cuenta, pero tampoco podía pasarlo por alto.
Para mis 23, me la pasé ñoñeando en un congreso en CDMX al que fui sole, cuando terminó la jornada pasé al Superama que estaba cerca del hotel donde me hospedé, compré un té para beber y a una cuadra del hotel estaba un KFC; cené puré de papa - porque me encanta el de ahí -, respondí mensajes, disfruté la soledad, me abracé; el cumpleaños que más disfruté, porque no planeé nada, fluí. 
Mi último cumpleaños ha sido el más maravilloso, después del de mis 20, pues - solamente de mis amistades en la ciudad - estaba una sola persona: mi Luna. Fuimos a desayunar a un lugar que quería y por la tarde-noche al boliche - lugar que me encanta ir, pero voy pocas veces - y a beber un poco. 

Falta poco para cumplir 25, quería viajar sole, luego quería hacer una pijamada con mis nuevas amistades, ahora no sé qué quiero, pero está bien, porque un poco ya me cansé de planear al punto de desgastarme emocionalmente - como me siento en estos momentos que escribo esto -. 
Me estoy regalando 25 cosas por cada año que cumpliré, un poco en recompensa de todo lo que no me he querido, de los regalos que he recibido pero que no me hablan - pues la gente que me los regaló no tiene ni la más mínima idea de quién soy o no quiere aceptarlo -. Además, me regalo este escrito para seguir sanando todas las heridas que aún quedan y registrar que nunca he estado sole, que siempre va a ver aunque sea una persona con la cual compartir mi festejo de una nueva vuelta al sol. 
Y que por primera vez en 12 años ya no quiero morirme, quiero vivir; me está gustando y estoy disfrutando de estar vive, ya sea sole, acompañade, revuelte, caótique, dolide, euforique, amade, rote, destrozade, etc...

No hay comentarios.: